El cáncer de piel es una enfermedad maligna producida por la división y el crecimiento descontrolado de las células que componen la piel, con capacidad de invadir los tejidos y estructuras sanas y de órganos a distancia. Esta es la forma de cáncer más común en los Estados Unidos. 

Existen varios tipos de cáncer de piel, entre los que se destacan los carcinomas cutáneos y los melanomas. En estos está implicado el mismo factor de riesgo: las radiaciones solares, que en la piel son capaces de producir mutaciones que llevan al proceso de formación de cáncer.

Cualquier persona puede desarrollar cáncer de piel, pero es más común entre:

• Las personas que pasan mucho tiempo bajo el sol o sufrieron quemaduras por el sol (no es un capricho ni una exageración el por qué los dermatólogos recomiendan protegerse de las radiaciones solares)

• Las personas con piel, cabello y ojos claros

• Los que tienen un familiar con cáncer de piel

• Los que tienen más de 50 años de edad

Los tratamientos incluyen cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia fotodinámica (PDT, por sus siglas en inglés) y terapia biológica.

Es importante acudir al dermatólogo para revisar cualquier indicio sospechoso o cualquier cambio en el aspecto de la piel. La detección temprana hace que el tratamiento tenga más probabilidades de surtir mejor efecto. Si no se trata a tiempo ciertos tipos de cáncer de piel se pueden diseminar a otros tejidos y órganos.