Un exceso de sebo en la piel da lugar a que los poros se dilaten y tiendan a obstruirse. Conocer tu tipo de acné permitirá llevar un cuidado y tratamiento adecuado.

Existen diferentes tipos:

ACNÉ NO INFLAMATORIO

• Comedones abiertos o puntos negros: aparece cuando el exceso e oleosidad o de células muertas taponan el poro. Su color negro se debe a la oxidación de la grasa y a la melanina, no se debe a la suciedad.

• Comedones cerrados o puntos blancos: aparecen cuando la grasa y las células muertas impiden que el folículo piloso se abra, por ello, la glándula sebácea no puede drenar correctamente.

ACNÉ INFLAMATORIO

• Pápulas: ocurre cuando un comedón, punto blanco o negro se inflama y provoca una protuberancia de color rosado o rojo. Puede doler si le toca y ser causa de mucha sensibilidad en la zona afectada. Cuando el rostro presenta muchas pápulas, se puede afirmar que se sufre de acné moderado o severo.

• Pústulas: este es otro tipo de grano inflamado. Es similar al punto blanco, pero alberga en el interior una buena cantidad de pus.

• Quistes: es una lesión grave y muy visible. Suele tener el aspecto como de burbujas llenas de pus. Un quiste es bastante doloroso y ha de ser tratado siempre por un médico. En la mayoría de casos, requiere ser eliminado por medio de cirugía menor, con anestesia local.

• Nódulos: es una protuberancia que al tocarla se siente firme. El nódulo se desarrolla en las capas más profundas de la piel y suele ser muy doloroso.

También se puede clasificar según la gravedad de sus síntomas.

• Acné leve: se presenta habitualmente en la adolescencia y se manifiesta sobre todo en la cara (nariz, frente y mejillas) sobre todo con espinillas y/o puntos negro.

• Acné moderado: este tipo también es más frecuente en la adolescencia y en la zona de la cara. Está asociado a la aparición de pápulas, pústulas e inflamación y enrojecimiento de la piel. Es más severo que el anterior, y existe posibilidad de que si no se trata de forma adecuada pueda dejar marcas en la piel (hiperpigmentación y/o cicatrices).

• Acné severo: puede aparecer tanto en la adolescencia como en la edad adulta. Es más grave que los anteriores y se manifiesta, además de en la cara, en cuello y/o espalda. Asociado a pústulas y pápulas que pueden llegar a formar nódulos y quistes. También pueden provocar marcas en la piel como hiperpigmentaciones y/o cicatrices.

• Acné muy severo: es el más grave de todos y afecta sobre todo a jóvenes de 13 a 22 años (mayoritariamente de sexo masculino). Puede estar asociado a la aparición de fiebre y dolor en las articulaciones.

El acné es una enfermedad y debe tratarse como tal. Si presentas uno de estos tipos de acné es importante que acudas al dermatólogo quien es el médico especializado para tratar este tipo de patologías.

Si estás padeciendo de acné, en Relief contamos con especialistas que te evaluarán e indicarán el tratamiento apropiado para tu tipo de acné.